Criatura con apariencia de ave fue vista en Venezuela

Por: Héctor Escalante
ovnivenezuela@gmail.com 

Caracas – Venezuela. 03 de junio de 2007. No se trata de ningún modelo utilizado para algún film cinematográfico, ni mucho menos de un espécimen sacado de un parque mecánico. Una extraña criatura con "apariencia de ave, torso corto y piernas muy largas”, fue vista en una populosa localidad ubicada en las faldas del legendario y mítico Parque Nacional el Ávila, al norte de la ciudad de Caracas, en Venezuela.

Al cumplirse cinco años de este curioso acontecimiento, la única testigo decidió romper el silencio. En conversación con el periodista Héctor Escalante, relató que el supuesto humanoide pudo ser visto sorpresivamente a través del reflejo producido en una puerta de madera barnizada, mientras esta se desplazaba con cautela dentro de su residencia.

Poco se supo en su momento sobre lo acontecido pues, la testigo, nunca se atrevió a revelarlo públicamente por temor a ser criticada. Hoy cuento con su aprobación para exponer esta historia. Sin embargo, mantendré en secreto su verdadera identidad, porque ella así lo ha solicitado. En virtud de este requerimiento, de ahora en adelante, para referirme a su persona, lo haré bajo el seudónimo de CUPE.

Antecedentes

Para el momento de redactar este artículo, la señora CUPE cuenta con 64 años de edad. Ella vive con dos de sus tres hijos y tres de sus 7 nietos. A pesar de que ha sido testigo de otros hechos supuestamente “inexplicables”, sus familiares y amigos la ven como una mujer “normal, inteligente y emocionalmente estable”.

No bebe ni fuma y lleva una vida tradicionalmente “sana”, sin embargo, en tres oportunidades distintas ella sufrió una pérdida transitoria de la memoria, calificada como los médicos que la examinaron como un episodio de "ausencia", el cual le sobrevino acompañado por un extraño y atípico comportamiento.

Según los galenos, este padecimiento puede haber respondido a dos causas: Una física, derivada de una “falta de oxigenación cerebral momentánea”, y otra emocional, en donde supuestamente una situación extrema le hizo desconectarse por pocas horas de la realidad. Pero eso ya es harina de otro costal. Mejor vayamos al caso que ahora nos atañe.

Transcurrido aquel “inolvidable” 5 de agosto de 2002, la señora CUPE aún se encontraba sorprendida por esa sorprendente situación que enfrentó en su propio hogar. Así me lo hizo sentir cuando en horas de la noche de ese mismo día conversamos sobre lo sucedido.

Descanso mañanero

“Como de costumbre -sostiene la testigo- a primera hora de la mañana ya he hecho el desayudo y el resto de mis obligaciones que, como toda ama de casa, me toca realizar. Algunas veces, cuando estoy muy aburrida, me retiro a mi habitación a leer o a ver algunos de los programas que transmiten en la televisión, aprovechando la tranquilidad de la mañana”.

Según la marca establecida por las agujas del reloj, “faltaba poco para que fuesen las ocho de la mañana”. Horario en el que comúnmente, debido a la ausencia cotidiana del resto de los familiares que conviven con ella, se presenta un perfecto clima de “paz y tranquilidad” en su hogar. No obstante, en esta oportunidad, uno de sus nietos, el mayor, permanecía en casa durmiendo.

Desde la comodidad de su habitación, la señora CUPE yacía recostada sobre su cama observando con detenimiento la televisión, la cual transmitía en ese momento las informaciones más destacadas sobre los sucesos políticos y sociales que habían estado ocurriendo en el país para aquel entonces. A partir de ese mismo instante, “algo extraño comenzó a suceder”.

Un reflejo en la puerta

La residencia de la señora CUPE cuenta con tres habitaciones, las cuales colindan con un pasillo que conduce, por un extremo, hacia el lavandero, el baño y un patio trasero, y por el otro, hacia el comedor, la sala y la entrada principal. En medio están las otars dos alcobas.

Las puertas de las habitaciones son de madera y se encuentran permanentemente barnizadas, lo cual produce un efecto de espejo al reflejar en ellas -aunque de una forma no tan nítida, porque son oscuras- todo cuanto sucede en este espacio de su residencia.



“Repentinamente, noté que reflejado a través de la puerta de mi cuarto que estaba semi abierta, algo se movía en el pasillo, y al prestar atención, vi que una persona con posición semi encorvada, con los brazos recogidos, pegados al pecho y con las manos salidas hacia afuera, venía de la entrada principal y pretendía entrar cautelosamente a la habitación que está contigua a la mía, dando la impresión de querer asustarme”, relató.

En un principio, prosiguió, "pensé que se trataba de mi nieto, quien dormía en la habitación que está frente a la mía". Este era como de su estatura, aunque estaba encorvado, agregó. "Aún cuando su forma de caminar era bastante extraña, yo seguía confiada”, enfatizó.

“Fíjate que cuando caminaba, - dice- levantaba tanto las piernas que sus rodillas casi rozaban con el mentón. Me dirán loca pero, por la forma de mover sus piernas parecía más bien un ave de gran tamaño. Yo nunca sentí miedo porque siempre creí, hasta última hora, que era mi nieto que había adoptado esa posición para asustarme”, describió la testigo.

Por cuestión de minutos, manifestó, la situación fue la misma. Aparentemente, la intención de ese ¿sujeto? era penetrar la habitación vecina a la de la señora CUPE. Sin embargo, a pesar de la rareza de este episodio, ella continuaba pensando que se trataba de una “mala jugada” de su nieto adolescente.

La huida

Decidida a acabar con la supuesta “broma”, la señora CUPE optó por levantarse, pero al bajar el pié de la cama, aquel misterioso ser retrocedió rápidamente hacia el lugar de donde provino inicialmente, y tal fue el impacto que provocó su huida, que hasta hizo mover las barritas de un pequeño móvil tubular que se encontraba colgado en el techo del comedor, produciendo un leve sonido parecido al de las campanas, cuando sus partes chocan entre si.


“Salí de mi cuarto para ver hacia donde había corrido y lo primero que hice fue entrar a la habitación donde estaba durmiendo mi nieto, porque aún juraba que era él quien estaba intentando asustarme, ya sabes, esos juegos que acostumbran hacer los jóvenes. Pero con asombro vi que mi nieto estaba relajado y profundamente dormido”, narró.

Habiendo descartado las supuestas intenciones de su nieto de querer jugarle una “broma pesada”, la señora CUPE optó por pensar que pudo haberse tratado de la visita de un delincuente en búsqueda de “quien sabe que”, porque no había nadie más en su casa a quien "echarle la culpa”.

No obstante, cuando salió y revisó las puertas y las ventanas, constató con cierta “temerosidad” que todo estaba cerrado y en perfecto orden. “No puedo decir con precisión qué fue exactamente lo que vi, porque la puerta del cuarto sólo refleja siluetas y contornos, no permite distinguir rasgos, facciones ni colores. Pero de que fue real, lo fue”, declaró.

Lamentablemente, para quienes esperan recibir pruebas más “tangibles” que las mostradas hasta el momento, la única evidencia existente sobre este curioso caso, ha sido la valiosa argumentación vivencial de la testigo. Pero para darle mayor sustento al caso, faltaría saber la opinión de algunos expertos en esta materia.

¿A quién vio correr la señora CUPE en el interior de su residencia?, ¿tendrá esto algo que ver con el supuesto chupacabras?, ¿habrá sido producto de su imaginación o un hecho real?, ¿por qué y para qué recibió esa extraña visita?, ¿qué explicación lógica podría tener este extraño incidente…?

No hay comentarios.: